Jubilación de Paco Almohalla. 2023-24

Un grande solo puede irse por la puerta más grande que hay, la del cariño, el respeto y la admiración de una plantilla que más que compañeros es familia.
Aplauso merecido y cariñoso el de hoy, al que se sumaron alumnos de todas las edades, y que sin duda amplificarán varias generaciones que disfrutaron de su sabiduría a lo largo y ancho de estas décadas, tanto en el aula, como en cualquier ciudad de Europa, donde Paco, don Paco, se transformaba en una enciclopedia andante, y doy fe, como uno de los afortunados que boquiabierto se ha empapado de la intrahistoria de lugares que en otra compañía pasarían totalmente inadvertidos.
Siempre he defendido que los trabajadores son sustituibles, las personas no. La savia nueva trae frescura e innovación, la vieja guardia sabiduría. No hay mezcla mejor ni referencia más productiva.
Si alguien quiere saber la definición de gran persona, aquí tiene una. Y si grande es por fuera, más aún lo es el corazón que encierra tras ese pecho curtido en mil cuevas, senderos y barrancos. No hay antiguo alumno que no mencione a don Paco. Su huella es parte del ADN de esta institución, y ya para siempre.
Gracias, amigo Paco, por enseñarnos tanto, por darnos tanto. Quédate con esta sencilla expresión como recuerdo de este equipo que hoy te decía hasta siempre: Te queremos.
¿Hay logro mayor en la vida? Pobre del que crea lo contrario. Vete con la cabeza muy alta y las puertas muy abiertas, aquí nadie cierra nada. Y menos a ti. La vida te espera. Nosotros también.

Un abrazo, amigo.

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