Congreso Lo que de verdad importa. Málaga, 2018-19.
El Colegio Alborán ha participado por segundo año en este Congreso que tuvo lugar el 5 de octubre en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga. La Fundación “Lo que de verdad importa” (asociación sin ánimo de lucro) pretende acercar a los jóvenes valores humanos universales como la tolerancia, el afán de superación, el valor y la generosidad, entre otros, siendo esta su segunda edición en Málaga.
Nuestro alumnado de 4º de ESO y Bachillerato ha asistido, y diez alumnos de 2 de Bachillerato han colaborado activamente, cumpliendo funciones de voluntarios y colaboradores.
Fue un honor para nuestro Colegio recibir de manos de la Fundación un diploma por ser Centro educativo aliado que fomenta entre su alumnado una formación en valores como complemento a su formación académica.
El evento fue inaugurado por Dani García, Presidente de honor de la Fundación LQDVI en Málaga, que indicó que “tenemos la responsabilidad de ser felices, por nosotros y por los que nos rodean”.
La primera ponencia testimonial corrió a cargo de Miriam Fernández, quien impactó a todos los asistentes con su historia de superación, esfuerzo, optimismo y valor.
Miriam ha sido campeona nacional de natación, ganadora de la segunda edición del concurso Tú sí que vales, ha consolidado su carrera como cantante y actualmente, además, empieza a debutar como actriz, y todo ello a pesar de su diagnóstico de parálisis cerebral.
Con un perfecto equilibrio entre la resiliencia y el optimismo, invitó a los jóvenes a luchar por sus sueños y a no rendirse nunca, a pesar de las dificultades, señalando que “la vida es una decisión y en ella es importante aprender a levantarse”.
Gracias a su fuerza de voluntad, animó a todos los asistentes a buscar siempre una alternativa, otro camino, pues “aunque no puedas cambiar el mundo, sí puedes aceptarte e intentar ser feliz, si eres capaz de cambiar la actitud”.
Siendo todo un ejemplo de superación, expuso que la vida se puede ver desde diferentes prismas y que “las barreras son más mentales que físicas”. Nos conmovió explicando cómo se les puede dar la vuelta a las debilidades para convertirlas en fortalezas, “siendo capaces de cambiar llantos por sonrisas”. Señaló que esa había sido su forma de afrontar la vida y las circunstancias familiares, escolares, médicas… que le ha tocado vivir, donde ha aprendido que el esfuerzo, la entrega y el amor son factores más importantes que los meramente científicos.
También asistimos a la ponencia del emprendedor Jaime Garrastazu, cofundador de Pompeii Brand, marca dedicada a la venta de zapatillas online, que compartió su historia de emprendimiento. Su amena charla sirvió para resaltar el fracaso como importante escuela de aprendizaje.
Hizo hincapié en que, aunque la suerte efectivamente existe, hay que trabajar mucho, ya que “el esfuerzo es la base de todo, más incluso que el talento”, al tiempo que mostró dos virtudes importantes para él que están al alcance de todos: no tener miedo y saber arriesgarse.
Por otro lado, transmitió que hay que poner pasión en todo lo que hacemos, destacando que el hecho de no tener muchos recursos ni mucho dinero es algo positivo, pues “hace que te exijas el triple”.
Asimismo, nos enseñó que la determinación en el trabajo hace lograr los sueños, al igual que cuestionar frecuentemente el camino y las decisiones tomadas.
La última experiencia, que apostaba por la paz y el perdón, fue la de Juan Pablo Escobar, hijo del conocido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, fallecido hace 25 años.
El pacifista Juan Pablo resaltó la importancia de medir los efectos de nuestras acciones, impulsándonos a preguntarnos siempre cuáles son las consecuencias de nuestros excesos, especialmente para que no se vuelvan a repetir las historias de falta de valores, violencia y terrorismo indiscriminado que él vivió con su padre, del que habló desde diferentes perspectivas.
Recomendó a los jóvenes asistentes ir por el buen camino, el de las causas nobles y ser valientes para alejarse del mundo de las drogas.
Entendiendo el éxito como “ lo que puedes disfrutar en el tiempo, esos momentos de tranquilidad y calidad vivido con los seres queridos” afirmó que él no lo encontró en su infancia, pues “aunque parecían dueños de todo; no eran dueños de nada”, ya que “los ingredientes de la felicidad no son el dinero y el poder”.
Contó los verdaderos efectos del narcotráfico, pidiendo a los asistentes que no lo asocien (como lo hacen en algunas series películas televisivas) a riqueza, éxito y poder, ya que no va relacionado, e insistió en que lo importante en la vida es respetar los valores humanos.
Comprometido por la paz, defendió que la educación es el arma más poderosa para luchar contra las drogas y que la solución no está en las armas: “La forma de enfrentarse a las drogas es la información y la paz , la violencia no es nunca es el camino ni la solución”.
Concluyó su intervención con un mensaje esperanzador de diálogo en el que clarificó que siempre es posible el perdón y la reconciliación, entendiendo perdonar como sanar y no como olvidar. “Todos merecemos una segunda oportunidad”.
Nuestro alumnado escuchó atentamente todas estas ponencias testimoniales, que fueron auténticas historias de valentía, humildad, tolerancia, solidaridad, emprendimiento, esfuerzo y superación; que hicieron reflexionar a todos y especialmente a los jóvenes sobre nuestras prioridades para darnos cuenta de qué es lo que de verdad importa.